Mejorando la autoestima
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- Publicado: Miércoles, 30 Julio 2008 00:00
- Escrito por Diego Gomez
Tendemos a pensar en la autoestima como una actitud, que nos permite "gustarnos" y sentirnos bien con nosotros mismos.Pero -si fuese así- nos alcanzaría con mirarnos al espejo, sonreír y pensar: "Qué genial soy!"
Si bien muchos libros y gurúes recomiendan hacer esto, sabemos que las afirmaciones positivas -por sí solas- no elevan nuestra autoestima.
Tampoco podemos construir nuestra autoestima sobre las opiniones de los demás: tal vez tengamos un "pico" de confianza cuando alguien nos elogia o nos felicita, pero pronto esa sensación agradable se desvanece... y esperamos una nueva palmada en la espalda, que nos levante el ánimo. Cuando ésta no llega, nos deprimimos si las cosas salen mal y nos enojamos si nuestro ego se ve amenazado.
Desilusionarse no es más que una cuestión de perspectiva... aunque me tomó mucho tiempo comprender esto! Yo creía que si alguien hacía algo que no me gustaba, o si no era feliz con alguna situación en la que me encontraba, entonces tenía el derecho de sentirme defraudado y desilusionado. Por supuesto, la desilusión siempre me llevaba a sentirme enojado, deprimido, o frustado. Después de todo, la situación no había evolucionado como lo esperaba, o la persona no se había comportado como yo deseaba. Por consiguiente, no me sentía nada bien.
Comúnmente, el término "dominio" significa dominación -o poder- sobre las personas, o sobre las cosas. Pero esta palabra también admite un significado más positivo...
Si desea agregar más éxito, más sal y pimienta a su trabajo (sus escritos, reuniones, etc...), la Creatividad es la respuesta! Ella potenciará su proyecto, sus días y, si le deja, cada aspecto de su vida...
Son muchos los directivos y responsables de RR.HH. en empresas de software que no terminan de encontrar respuesta a la pregunta de cómo motivar a los empleados.
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales.
Me acuerdo siempre de esta escena: mi primo, mucho más chico que yo, tenía tres años. Yo tenía unos doce... Estábamos en el comedor diario de la casa de mi abuela. Mi primito vino corriendo y se llevó la mesa ratona por delante. Cayó sentado de culo en el piso llorando.
Esta historia explica CLARAMENTE como se triunfa.