La Retrospectiva es la práctica de mirar hacia atrás para moverse hacia adelante. Es un ritual mantenido al final de un proyecto para aprender de la experiencia y planear cambios para el próxmio esfuerzo.
Cuando incorporamos nuevas prácticas a nuestra profesión a veces olvidamos que son adaptaciones o evoluciones de alguna otra práctica antigua que ya existía. Hoy me crucé con estas definiciones e introducción sobre las restrospectivas en el sitio Retrospectives de Norman Kerth de donde extraje las siguientes reflexiones.
El ritual de realizar retrospectivas es una muy antigua idea. A la especie humana le sirvió muy bien, como las historias de los cazadores repetidas alrededor de un una fogata o las historias que comparten los niños mientras juegan tranquilamente. El ritual sobrevivió tanto tiempo porque, definitivamente, funciona. Es un vehículo fundamental para descubrir, compartir y perpetuar lo aprendido luego de experimentar algo. Solemos llamarlo "sabiduría".
Volviendo a la profesión, ¿está su empresa entrenada en adquirir y utilizar su sabiduría en el desarrollo de software?
Tal vez sea tiempo de probar con una retrospectiva formal. Es algo que cada grupo organizado que aprende de sus experiencias tiene como parte de su cultura, y es una de las mejores formas de convertirse en una organización más inteligente y exitosa creciendo proyecto a proyecto.
Unos de los temores más evidentes de las personas al momento de participar de una retrospectiva formal es que se convierta en una sesión de quejas hechándose culpas unos a otros, o verse avergonzados al tener que rever frente a los otros lo que uno mismo considera un error. Es evidente que hecharse culpas no va a contribuir al aprendizaje. Para conseguir un ritual constructivo hay que asegurarse que todos los que participan comprendan un principio esencial que dice lo siguiente:
Independientemente de lo que se descubra, todos entienden y realmente creen, que cada uno hizo su mejor esfuerzo, puso el conocimiento, destreza y habilidad con los que contaba en ese momento, con los recursos disponibles y en una situación en particular.
Al final de cada proyecto cada uno sabe mucho más que al inicio. Es normal que descubramos decisiones y acciones que desearíamos replantear.
Eso es sabiduría que hay que celebrar y no jucio para avergonzar.