"Eso nunca va a funcionar en el mundo real". Es algo que escuchamos todo el tiempo cuando le contamos a alguien una idea nueva y original.
Parece que este mundo real es un lugar bastante deprimente para vivir. Es un lugar donde las ideas nuevas, los enfoques distintos, y los conceptos extraños siempre pierden. Las únicas cosas que triunfan son las que las personas ya conocen y hacen, incluso aunque estas cosas sean deficientes o ineficientes.
Si miramos un poquito más la superficie encontraremos que los habitantes de este "mundo real" están llenos de pesimismo y desesperación. Esperan que los conceptos nuevos fracasen. Presuponen que la sociedad no está lista ni es capaz del cambio.
Peor aún, quieren arrastrar a los demás a su tumba. Si tenés esperanzas y sos ambicioso, intentarán de convencerte que tus ideas son imposibles. Dirán que estás perdiendo el tiempo.
No les creas. Ese mundo puede ser real para ellos, pero eso no quiere decir que tengas que vivir ahí.
Y lo sabemos porque nuestra propia empresa falla todas las pruebas del mundo real, de muchas maneras. En el mundo real, no se puede tener más de una docena de empleados distribuidos en ocho ciudades en dos continentes. En el mundo real, no se puede atraer a millones de clientes sin vendedores o publicidad. En el mundo real, no se puede revelar la fórmula del éxito al resto del mundo. Pero nosotros hicimos todo eso, y prosperamos.
El mundo real no es un lugar, es una excusa. Es una justificación para no intentar. Y no tiene nada que ver con vos.