Había una vez un joven muy valiente y aventurero llamado Arturo. Arturo vivía en un gran reino con cabelleros y castillos y un rey muy astuto que tenía una hermosa hija - Carolina. Ella era tan hermosa, que cada mañana los pájaros volaban hasta su ventana abierta trayendo rosas frescas. Las aves dejaban las rosas al pie de su cama y llenaban el aire del exquisito y dulce aroma, todo el tiempo. Luego volaban al exterior para nunca volver... simplemente morían afuera, porque ya no podían vivir sin la belleza de la princesa.
El rey era avaro, por lo que todos los años organizaba una competencia en donde los participantes debían pagar 10 regalos para participar. El ganador se casaría con Carolina, pero las misiones eran tan dificiles que nadie ganaba!
Y entonces se anunció una nueva competencia, y el valiente Arturo decidió ganar el gran premio! Había visto una sola vez a la hermosa princesa, y había quedado perdidamente enamorado.
En un día soleado se reunieron todos los participantes en la plaza central. El rey dijo: "¡Mis valientes hombres! Habrá 3 misiones principales... y una cuarta misión muy fácil para el ganador. Hoy les voy a contar sólo la primer misión. Tienen que construir una casa en 10 días. Debe tener 2 habitaciones, puertas, ventanas y techo. ¡Eso es todo lo que tienen que hacer!".
La misión #1
¿Era posible construir una casa en 10 días? Arturo se sentía desilusionado. Esperaba tener que matar un dragón, atrapar una bruja o hacer alguna de las cosas que se supone hacen los caballeros valientes. Pero Arturo era inteligente (y valiente). Pasó todo el día pensando, sin hacer nada más. Los otros participantes se rieron de él: "¡Miren a Arturo! ¡Ya se rindió! Arturo, retirate ya, sos un perdedor". Pero como se imaginan, nuestro Arturo era inteligente y decidió construir la casa más simple posible. Y lo hizo: el suelo de tierra se convirtió en el piso; la casa tenía 2 habitaciones muy pequeñas y la luz entraba a través de 2 ventanas cerca de la puerta; el techo sólo servía para proteger de la más leve lluvia y nieve - ni más ni menos! Y lo más importante, terminó en apenas 8 días! Muchos otros valientes hombres intentaron y fallaron. Algunos comenzaron a construir una casa grande y sólida, y se quedaron sin tiempo. Otros comenzaron a construir muy rápido y sus casas colapsaron a mitad de la construcción. Sin embargo, Arturo y una docena más de participantes completaron con éxito la primer misión.
"¡Estoy orgulloso de ustedes!", dijo el astuto rey. "Y ahora, aquí está la segunda misión. Esta vez, deben construir un sótano que sea el doble de grande que la misma casa. Y también deben construir un hogar a leña. Tienen 12 días para terminar el trabajo".
La misión #2
Y nuevamente Arturo pasó todo el día pensando. "Ni siquiera tengo un piso en la casa... ¿Cómo voy a construir un sótano? La casa se va a venir abajo... si gasto tiempo en hacer el piso, no voy a tener tiempo de hacer el resto". Y entonces se le ocurrió una idea. Decidió escavar más profundo de lo habitual. "Si hago el sótano lo suficientemente profundo, no debería ser necesario hacer el piso! El hogar a leña me llevará 2 días, y con seguridad puedo escavar el sótano en 9 días".
Arturo trabajó como loco y completó la misión en 11 días. Durmió todo el día 12 - el último día de la misión. Al final, sólo 5 participantes más pudieron completar esta etapa.
"¡Hicieron un gran trabajo!", dijo el rey. "Ahora escuchen la última misión. Deben construir un primer piso a la casa. Este piso superior puede tener una única habitación, pero sólo tienen 5 días para hacerlo".
La misión #3
Todos los participantes estaban entusiasmados. Parecía ser algo sencillo. Pero Arturo estaba triste. "Si construyo otro nivel", pensaba, "mi casa se va a caer...". Esta vez comenzó a trabajar de inmediato. Llevó varios tirantes de madera al sótano y lo apuntaló. Le llevó 2 días. Arturo no estaba seguro si era suficiente, pero no tenía más tiempo y debía aceptar el riesgo. Por suerte, tenía un techo plano y por lo tanto le fue relativamente fácil crear otro nivel justo arriba. Arturo estaba cansado, pero extremedamente feliz. Después de todo, ¡era el único que pudo superar la última misión!
"¡Mi buen hombre!" , el rey abrazó con felicidad a Arturo. "¡Lo lograste! No lo puedo creer, pero lo lograste! Estás a tan sólo un paso de tener la mano de Carolina. Y tu última misión no podría ser más facil: debes vivir en la casa que construiste durante las siguientes 2 semanas. Eso es todo. Y luego tendrás mi bendición y la mano de mi amada hija, Carolina!".
"Wow, ¡muy fácil!", dijo Arturo. "Si, así es", le contestó el rey con una sonrisa en su rostro.
La misión #4
Al día siguiente Arturo murió cuando se cayó el techo de la casa. Era un día ventoso y con lluvia...