Leyendo el post Measuring velocity is not enough to determine team productiviy me encuentro con una interesante reflexión sobre la velocidad de un equipo y la tentación de relacionar esta medición con la productividad del mismo.
Y antes de empezar hay que dejar algo en claro: la velocidad de un equipo no tiene nada que ver con su productividad.
Más allá de lo dificil o imposible que es medir la productividad, la velocidad no es una métrica para medir la productividad. En cambio, la velocidad es más bien una unidad de medida sobre la cantidad de trabajo que puede hacer un equipo, y se debe usar con propósitos de planificación (por ejemplo, para determinar la cantidad de historias que el equipo puede comprometerse a terminar en un sprint).
Es importante conocer la velocidad de un equipo para poder predecir sus resultados. Más aún, la velocidad es un buen indicativo sobre si el equipo alcanzó su ritmo sustentable: aquella cantidad de trabajo que el equipo puede terminar en una iteración, de forma consistente. Encontrar esta velocidad sustentable es uno de los objetivos del equipo de desarrollo, ya que con esto podrán ser predecibles en cuanto al trabajo que terminan. En resumen, la velocidad mide la cantidad de trabajo terminado al finalizar un sprint.
Sin embargo, la velocidad no tiene nada que ver con la productividad. La productividad hace referencia a la eficiencia de un equipo, mientras que la velocidad habla sobre la cantidad de trabajo. Entonces, la velocidad no dice nada sobre si podrían hacerse las mismas tareas de forma más eficiente (o no).
Y Jack Milunsky nos ilustra esta situación con un ejemplo claro: supongamos que tenemos un equipo trabajando a un ritmo constante, entregando software funcionando sprint tras sprint, de forma predecible. Igualmente este equipo podría ser poco productivo: ¿qué pasaría si todo el software que entregaron no tiene ningún valor para el cliente? La velocidad de ese equipo era constante, pero su productividad fue mala.
La productividad tiene que considerarse en relación al valor de negocio entregado, haciendo referencia a las características y la calidad que necesita el cliente. Y si el equipo se vuelve realmente eficiente, entregando valor de negocio útil para el cliente de forma predecible y con la calidad esperada, entonces desaparece la necesidad de medir la productividad.