Si trabajas con el desarrollo de software en Argentina puedes estar experimentando momentos diferentes de la historia humana. El mundo ha cambiado, las cosas han cambiado, pero las empresas siguen teniendo aquellos viejos hábitos y pensamientos sobre la esclavitud.
Eso mismo, esclavitud. Existe una grave inversión de valores en las empresas en Argentina, y lamentablemente no es la minoría. La mayoría de las empresas no tienen equipos, sino que tienen grupos que trabajan de manera desorganizada, desordenadas y en forma individual.
El individualismo en el desarrollo de software ...
Todavía hay una cultura de que desarrollar software es algo individual. ¡Tonterías! Porque cuando estamos desarrollando software precisamos diversas habilidades, tales como tratar con personas, gestionar el riesgo, gestionar las expectativas, eliminar los obstáculos, probar, estimar, planificar, verificar lo que se ha hecho y hacer el software. Para ello un equipo multi-funcional es mejor, y resulta todavía mucho mejor por la complejidad existente de los sistemas.
Las empresas siguen negando esto, pensando que si contratan al Arquitecto Héroe tendrán todos sus problemas resueltos. No va a ser así. Nada en contra de la disciplina de la arquitectura porque soy arquitecto, pero sólo con esto no es suficiente.
La cultura del individualismo aparece de forma indiscriminada, muchas veces involuntariamente y otras con una mayor conciencia de las acciones. El individualismo conduce a la creación de grupos y no de equipos; resulta fácil ver qué es un grupo con la imagen siguiente:
Grupo de frutas
Listo, creamos un grupo de frutas. Solo que la diferencia de eso para el desarrollo de software en algunas empresas es que a las personas se les paga dinero para ser parte del grupo. Un grupo no hace software de calidad, un grupo no se ayuda, un grupo se desintegra en el primer problema que existe.
Un grupo precisa ser controlado
Como un grupo es desordenado, sin metas, sin ningún objetivo en común, se necesita controlarlo. Este control es promovido por una instancia que teóricamente se denomina la instancia superior, general, comandante, dictador, cacique, presidente, jefe, capataz o gerente en la época actual.
La gestión correcta se da por el liderazgo y no por el control. Sin embargo, en la mayoría de las empresas los gestores no están preparados para gestionar un proyecto de desarrollo de software, y a menudo no están preparados para hacer frente a las personas.
Las personas no son recursos, las personas son activos. El buen gerente cautiva a las personas y extrae lo mejor de ellas, de diferentes maneras y en diferentes momentos. El dictador dicta, el Presidente decreta, el comandante ordena. Liderar es muy diferente a mandar.
La pregunta de un millón de dólares
Todo esto nos muestra los errores del ser humano. Preparados, entonces la pregunta de un millón de dólares es la siguiente:
¿Quién desarrolla la solución de software?
Tiempo
Trahhhhhhhhhhhhhhh. Terminó su tiempo. Si tu respuesta fue el equipo de desarrollo, acertaste. Pero por más increíble que parezca los gerentes también consiguen acertar esta pregunta, pero en el momento en que el proyecto comienzan, la olvidan.
Como dice mi amigo Daniel Wildt "prácticar no duele"
Pero si eso es verdad, ¿por qué los gerentes no dejan que las cosas cambien? ¿Por qué no dejan que las personas traten de mejorar las cosas? A menudo es porque ellos tienen miedo de la rebelión de los esclavos contra el capataz.
Cuando hablo de prácticar, puede ser cualquier cosa: Ágil, Scrum, XP, RUP, FDD, o cualquier cosa que venga a su cabeza. Si no se prueba nunca se sabe si funciona o no. Estar pensando en conjeturas no conduce al éxito.
La innovación requiere de riesgo
No existe la innovación sin riesgo, toda innovación tiene riesgos, porque es algo nuevo. Cada opción tiene riesgos; si no arriesgamos no iremos a cambiar, y si no hay cambios no vamos a evolucionar. El mundo cambió, entonces olvidemosnos de la cultura antigua. Apostemos por las personas y por el cambio, sólo así creceremos y aprenderemos.
La innovación es algo fundamental en las organizaciones, tiene un efecto muy grande en la motivación que pueden leer en Un gran lugar para trabajar.