¿Por qué siempre encontramos las cosas en el último lugar donde buscamos? Muy simple: porque una vez que las encontramos dejamos de buscar.
Ocurre algo muy parecido cuando buscamos la solución a un problema: una vez que encontramos algo que satisfaga la inquietud, dejamos de pensar. Y depende de la solución con la que nos conformemos, puede no resultar muy feliz...
La frustración de no encontrar las cosas
Hace ya unos días me junté con algunas personas para discutir sobre cómo implementar mejor una práctica de desarrollo. La práctica era nueva para nosotros, y la habíamos probado en un equipo durante tres semanas. Surgieron varios aspectos positivos que se habían logrado durante esas semanas, y también varios inconvenientes a superar. En particular, había un problema que parecía sumamente dificil de resolver.
Debatimos entre todos para solucionar el escollo, pero sin mucho éxito al principio. Y es que, en general, se había establecido la idea de que era imposible resolver el problema, ya que parecía escapar a las capacidades de acción que podíamos tomar. Así, surgió una aparente solución para el alivio mental de todos: no seguir con la práctica.
Victoria para algunos ("problema solucionado, vamos a otro tema"), derrota para otros ("eso no es una solución ni nos enseña nada"), mi fastidio era ya importante. Los debates no son faciles, ni tienen que serlo. Pero abandonar un tema después de discutirlo menos de 30 minutos me sonaba un poco de pereza.
Bastante fastidiado ya, insistí en que sigamos pensando alguna alternativa mejor en vez de aceptar esa victoria/derrota. Claro, no faltó quien mirando sarcásticamente tiró algo como "Déjenlo hablar que seguro tiene la solución perfecta". ¡Carajo, claro que NO la tengo la solución, sino no estaríamos ahí! Si, las cosas estaban así.
Es facil frustrarse al no encontrar lo que buscamos. Nos pasa con las llaves de la casa, con la billetera, con el teléfono, con algún libro. Y también, nos pasa cuando no encontramos la mejor solución a un problema. Pero siempre la mejor forma de encontrar aquello que queremos es pensar en calma (y, por qué no, tener un poco de suerte ayuda también).
En todo caso, pudimos seguir un rato más con el tema sin abandonarlo ni matarnos en el intento. Y finalmente, llegamos a la solución ideal que podíamos adoptar (que de hecho fue propuesta por el sarcástico del grupo). Ahora si, habíamos encontrado aquello que estábamos buscando.
Siempre hay una solución
La solución de "no hacer" o "abandonar algo" no sólo es facil de aplicar, sino también que es muy tentadora. Adoptar la solución facil a los problemas permite relajar la mente y dejar de pensar. Lo que es más, uno hasta puede darse el lujo de sentirse bien, habiendo "resuelto" otro problema. Sin embargo, a no confundir: "no hacer" no es resolver un problema, sino simple pereza por buscar alternativas creativas.
Cuando estemos ante un problema siempre debemos partir de una premisa básica: existe una solución viable y satisfactoria para el problema que se quiere resolver. Y partiendo de esta premisa, haremos todo lo posible por no abandonarla nunca. Es esto lo que nos empuja a seguir tratando y buscando una mejor alternativa, una solución realmente buena al problema. La solución existe, y es un desafio personal encontrarla.
No dejen de buscar soluciones nunca, no se frustren por no encontrarlas al principio. Recuerden, la solución a cualquier problema está siempre al alcance de la mano. Falta solamente abrir los ojos y mirar en la dirección correcta.