Hace ya un tiempo bastante importante (mas de un año) donde una de los temas de conversación en cualquier empresa es si faltan o no programadores. Seguramente esto empezó con algunas empresas que opinaban que faltaban programadores, y a continuación el tema se fue desparramando por todos lados, empresas, sitios web, etc.
La opiniones no se hicieron esperar, algunas muy críticas, otras explicando lo que es muy conocido como la ley de la oferta y la demanda, y mas allá que estemos de acuerdo con algunas posturas mas que con otras, luego de un tiempo, empiezan a surgir realmente algunos de los problemas que es la falta de programadores motivados, y empresas que pueden darles muy poco a los buenos programadores.
Por alguna razón me guardaré la opinión y mas que todo para no entrar en debates de lo que pienso aunque puedo decirles que comparto un poco el piensamiento de todos (aunque es uno de los pocos casos en mi vida). Está claro que las empresas no encuentran programadores, está claro que si pagasen más dinero aparecerían más, está claro que los jovenes quieren ganar lo máximo posible, está claro que hace años todos sufrimos cuando empezamos, y está claro que programar hoy en día no motiva a mucha gente.
Lo que llama la atención es que poca gente (creo) saque el tema de que faltan empresas de software en Argentina. O en realidad no faltan, no existen. Porque, digo yo que el habitat natural para los programadores son las empresas de software, ¿no? Ahí es donde se puede encontrar a la mayoría de los programadores en otros paises. Sin embargo en Argentina, ¿dónde están las empresas de software?
La mayoría de las empresas en Argentina son consultoras, empresas de servicios, o por decirlo de un modo menos políticamente correcto: cárnicas. Esto tiene como consecuencia un mercado totalmente viciado. Es decir, un mercado en el que las empresas subcontratan, tricontratan o cuatricontratan gente para trabajar para el cliente final. Eso sí, si hay suerte igual puedes estar en una software factory, aunque en ocasiones casi seguro que es mejor que no. Un mercado en el que las empresas sí crean software, pero que el software se quedará ahí, para toda la vida. Software que casi siempre es 1-1, un proveedor-un cliente, release (si hay suerte), mantenimientos, y fin de vida. Software que utilizarán los 1, 10, 100, o 1000 empleados del cliente. Todo ello aderezado con todo el politiqueo correspondiente, con todas las luchas de poder, con todas las luchas entre consultoras trabajando en el mismo cliente, y con la sensación de que lo que estás programando no lo utilizará ni el gato y que simplemente vale para que el dinero que se debería llevar el programador se lo vayan apropiando los diferentes escalafones. Difícil motivarse así, ¿no?
Porque al final a todo el mundo le gusta estar orgulloso de su trabajo. Y no es lo mismo el pensar que tu aplicación la va a usar sólo una empresa (por muy grande que sea), que hacer un software y ver como todo el mundo lo quiere utilizar, ver como se distribuye por internet, ver como aparecen clientes desde Japón interesándose por el mismo. ¿Por qué no pasa esto en Argentina? ¿Por qué no exportamos software? ¿Por qué todos los programas vienen de US, UK, Irlanda, Alemania, Francia, Bélgica, Italia,... si hasta voy a decir Brasil? Fácil, porque no tenemos industria de software. Simplemente tenemos trabajo basura. Y así es muy complicado "encontrar programadores".
De todas las personas que conozco trabajando en esto de IT, conozco muy pocas haciendo software de verdad y al final son los que están más contentos; o sea que evidentemente hay empresas que hacen software en Argentina, pero como he dicho, ¿cuántas? ¿Cuántas empresas en Argentina hacen software antes de venderlo? ¿Cómo está el capital de riesgo en Argentina para crear verdaderas empresas de software? Las menos, y normalmente pequeñas, y que sufren para subsistir porque al final las ayudas y los concursos públicos se mueven de forma oscura.
Todos sabemos que en otros países (no en todos) el panorama es muy diferente. Y es que la mayoría de los trabajos bien pagos son en empresas... de software. Empresas que consiguen capital de riesgo y arrancan un producto sin clientes, poniendo a trabajar la maquinaria comercial y acabando con un software que se vende en todo el mundo; empresas spin-off que surgen como consecuencia de inversiones de capital o de entidades que ven un nicho en el sector y que deciden invertir; empresas de emprendedores que aprovechan las suculentas subvenciones del gobierno. ¿Subcontratación? Claro que la hay, pero es muchísimo menos habitual. Y eso que siempre existe el fantasma del offshore y los equipos de programadores en la India o los paises del Este.
Concluyendo, que para conseguir un mercado, y una buena oferta y demanda, y que aparezcan los codiciados programadores, en lugar de discutir tanto sobre si necesitamos o no regularizar la profesión, crear colegios, hacer huelgas, o sobre si los programadores ahora son unos señoritos, lo mejor sería que reflexionemos sobre si la industria del software es lo suficientemente saludable como para generar riqueza en Argentina.