Una de las cosas que aprecio de la gente con la que trabaje es que estén comprometidas, y un buen dueño de producto no es la excepción. Un dueño de producto debería tener 4 características principales:
- Comprometido
- Involucrado
- Decidido
- Con autoridad
"Comprometido" significa que al dueño del producto le interesa el producto que está siendo construido. Y lo manifiestan al querer participar.
Por ejemplo, podría haber un problema con alguna historia en desarrollo - casos fronteras poco claros, o flujos alternativos no esperados. En este caso, el dueño del producto debería considerar importante iniciar una discusión para ayudar a que el desarrollo avance sin detenerse. O, si existe un concepto de negocio que los desarrolladores no entienden, el dueño del producto debería estar ansioso por explicarlo.
Más aún, el dueño del producto no es sólo reactivo. El compromiso también es proactivo. Por ejemplo, podría haber una historia en el backlog que el equipo haya marcado como "muy grande" o poco clara para empezar a desarrollar. El dueño del producto debería entonces trabajar con los interesados y los desarrolladores para reformular la historia de manera que sea factible de desarrollarse (por ejemplo, limitando su alcance o dividiéndola).
Estas reglas de compromiso deja afuera a aquellas personas que se convirtieron en dueños del producto porque "alguien tenía que hacerlo" o, peor aún, que les ordenaron tomar esa posición aunque no quisieran. Estas personas no tienen ningún interés en particular por el sistema, cómo se usará, y cómo debería evolucionar.
Entonces, el compromiso se nota mucho más en las situaciones informales - como el involucramiento - que en la toma formal de decisiones. Y también es un atributo personal, y poco tiene que ver con la organización que nos rodea.
Es crucial contar con un dueño del producto comprometido para lograr un desarrollo exitoso sostenido en el tiempo.
