En algunas culturas medievales las vacas eran sagradas: no se las podía matar ni usar para ayudar en los campos. Estas vacas sagradas disfrutaban una vida tranquila, tenian libre uso del espacio dentro de las puertas de la comunidad en donde residían. Las vacas no tenían enemigos y en general podían llegar vivir mucho tiempo, muriendo a edad avanzada por causas naturales. Nunca se debatió este status, excepto en muy raras circunstancias, como ser durante una primavera en la Europa medieval...
Para todos los habitantes de esta comunidad en particular era un día normal de primavera: arreglando los jardines afuera de la muralla, preparando los campos para que brinden alimentos para todo el año. Pero no era un día común.
Comenzó como un susurró bajo que se incrementaba más y más con el paso de los minutos. Algo desconocido se acercaba al pueblo, y se acercaba rápido. En aquella época la precaución era muy importante, así que todos los habitantes que estaban fuera de la ciudad rápidamente se movieron hacia el interior de la muralla, para poder resistir lo que sea que se acercaba. Una vez que todos estuvieron dentro, cerraron las puertas de la ciudad, los soldados tomaron posición en la parte superior de la muralla, armados y preparados para lo desconocido.
Y pocos mintuos después de que todos estuvieron preparados vieron la primer ola de los atacantes en el horizonte, y apenas unos minutos más tarde ya había cientos de atacantes ubicados alrededor de la muralla, preparando su ataque. Y atacaron. El ataque inicial fue seguido por otro aún más brutal, lluvias de flechas y gritos. Pero la ciudad resistió, y mantuvo a salvo a la comunidad. Aunque no iba resultar tan facil deshacerse de los bárbaros.
La ciudad estaba sitiada. Pasó el primer día, y el segundo, y el tercero, y así la ciudad se encontró luchando por sobrevivir durante varias semanas. Los habitantes sabían que no iban a poder sobrevivir por siempre, tan sólo esperaban resisitir más tiempo que sus atacantes. Pero las reservas de comida se estaban agotando, y los soldados comenzaron a tener signos de agotamiento. La ciudad estaba completamente aislada del mundo exterior, sin acceso a provisiones adicionales. Sin embargo, tenían una abundante cantidad de vacas sagradas dentro de las murallas de la ciudad. Desafortunadamente, hablar sobre matar una vaca sagrada era un tema tabú, y además se consideraba un crimen horrible.
Pero no eran tiempos corrientes. Si los soldados que defendían la ciudad caian, con seguridad los bábaros matarían a todas las vacas sagradas. Pero si los soldados de la ciudad mataban algunas vacas para convertirlas en comida, podrían estar más fuertes, continuar su pelea y quizás triunfar. No había otra alternativa. Los soldados sabían que si querían tener una oportunidad para salvar a la ciudad, a sus habitantes y a su forma de vida, iban a tener que re-evaluar la condición sagrada de las vacas, incluso aunque un mes atrás una idea así hubiera parecido abominable.
Y entonces, en un intento desesperado por salvar a la comunidad, estos valientes hombres evolucionaron y redefinieron el lugar de las vacas dentro de la sociedad, en beneficio de los habitantes, y obviamente en detrimento de las vacas. Y la ciudad sobrevivió.
¿Y qué tienen que ver esta ciudad y sus vacas sagradas con los equipos ágiles?
Mucho.
Hay vacas sagradas dando vueltas libremente en varias organizaciones actuales, a las que nunca se las objeta, nunca se las examina de forma objetiva, y simplemente son reverenciadas por quienes están forzados a vivir con ellas. Las vacas sagradas pueden tomar muchas formas, pero son fáciles de ubicar con una simple pregunta: "¿por qué estamos haciendo esto?". Si la respuesta es "porque siempre lo hicimos así", o "así es como lo hacemos acá", es muy probable que hayamos encontrado una vaca sagrada. Y como sabe la mayoría de las organizaciones que hicieron una transición hacia Ágil, es necesario sacrificar a la mayoría de las vacas sagradas.
Sacrificar a las vacas sagradas es un ejercicio muy diferente cuando la decisión se tiene que tomar con los bárbaros en las puertas. Este tipo de decisión surge de la necesidad o, más a menudo, de la desesperación, y en última instancia los resultados no son un verdadero cambio cultural, un paso que es necesario para la mayoría de las empresas que se mueven desde Cascada hacia Ágil. Sacrificar a las vacas sagradas cuando no hay ningún bárbaro en la puertas resulta en una decisión tomada para mejorar, en vez de una decisión tomada para sobrevivir.
Ahora, tengamos en claro que, en el plan general, sacrificar vacas sagradas siempre nos va a dejar en una mejor situación, sin importar el motivo por el cual se sacrifican. A veces, al estar forzados a quitar algunas vacas sagradas, podemos empezarnos a sentirnos más cómodos identificando otras vacas que también deberían retirarse. Es un músculo que necesita ejercitarse de vez en cuando para que no se atrofie. Pero como seguro muchos ya se dieron cuenta, la mayoría de las grandes organizaciones simplemente no alientan (ni mucho menos permiten) que se examinen estas reliquias del pasado, sino que en cambio muestran orgullo de estas políticas y acciones históricas que llevaron a la empresa a su posición actual.
Aprender a evolucionar, o planificar para morirse de hambre
En el mundo de negocios de la actualidad, con escenarios competitivos que cambian con rapidez, las organizaciones que elijan no examinar sus propias vacas sagradas con probabilidad se encontrarán en la poco deseable posición de necesitar tomar estas decisiones con los bárbaros golpeando la puerta. La industria discográfica es un excelente ejemplo de una organización grande que no quería examinar sus vacas sagradas.
El CD: Un ejemplo perfecto de cómo las vacas sagradas influenciaron negativamente a la industria discográfica
Los discos compactos (o CD) fueron un éxito para la industria discográfica. Eran baratos para producir, tenía una calidad de sonido superior, y se vendían excepcionalmente bien, a pesar de tener un precio del que solían quejarse los clientes. La industria discográfica pudo disfrutar de esta situación por más de dos décadas. Disfrutaron este clima benéfico por tanto tiempo que eventualmente se transformó en una vaca sagrada, una que sólo sería examinada cuando estuvieron forzados a hacerlo, que resultó ser mucho después del punto en el que podrían haber sacrificado a esta vaca para su beneficio en vez de por supervivencia. Un estudiante universitario llamado Shawn Fanning creó un pequeño software que le permitía a los usuarios intercambiar copias de su música por Internet. Napster fue un impacto profundo para la industria, y era sólo el primero de una larga lista de tecnologías que le permitiría a los usuarios encontrar música de forma rápida y barata. Había una ventana de oportunidad para que la industria discográfica viera una nueva tendencia, pero en cambio sufrían de visión de túnel, sólo viendo los días de gloria del CD y el dinero que habian generado. Así que decidieron luchar contra la realidad en un esfuerzo por traer el pasado de vuelta al presente.
Y fallaron miserablemente. Y en cierto modo continúan fallando incluso hoy.
Steve Jobs fue el primero que desafió con éxito a la vaca sagrada del CD con la apareción de iTunes,y poco después pudo probar que no tenía sentido seguir considerando "sagradas" a las vacas sagradas. A menudo es importante sacrificar a la vaca que hace que una organización siga con creencias del pasado durante tiempos que requieren una evolución. Las vacas sagradas no suelen ser sagradas por siempre.
Pero no es facil sacar a la luz a nuestras propias vacas sagradas. Suelen ser sagradas por algún motivo (aunque no suele ser muy bueno), y quienes se atrevan a señalar a esta vaca seguramente se encontrarán con rechazo de quienes intentan proteger el pasado de la institución. Se necesita coraje para quitar a estas vacas de nuestros pasillos y oficinas.
Convertirnos en Cazadores de Vacas Sagradas
A menudo basta con prestar atención. Hay que alentar (o al principio, requerir) algún tipo de mecanismo de "inspeccionar y adaptar" dentro de la organización, en donde exista un entorno seguro en el que todos puedan señalar a las vacas sagradas que encuentran. Las organizaciones tiene que creer que si cualquier valor, creencia, proceso, política o mantra corporativo es lo suficientemente valioso para tenerlo, también debería ser lo suficientemente fuerte como para ser desafiado. Resulta peligroso que la organización permita la agresividad contra los "porqué hacemos esto", sin resolver el porqué detrás del qué de la política. Para descubrir a las vacas sagradas que siguen ocultas en la oscuridad suele ser suficiente lograr una comunicación transparente en la organización desde arriba hacia abajo y desde abajo hacia arriba. Y si pensás que tu organización no tiene vacas sagradas, entonces es porque se esconden mejor de lo que vos buscás. ¡A seguir buscando!