Tal vez una de las frases más cliché de las organizaciones es: "No es nada fácil ser un líder", no sólo por la complejidad común que se encuentra en las relaciones humanas, sino principalmente por la dificultad que es compilar el inmenso y variado arsenal de ideas existentes sobre el liderazgo.
No pretendemos con este breve texto debatir sobre algunas de estas ideas como solución única para un mejor liderazgo, pues sólo vamos a compartir un punto de vista personal de un elemento que ayuda significativamente a cualquier tipo de líder, sin embargo, antes de llegar a este punto, permítan tan sólo sustentar esto en solo dos pensamientos de Peter Drucker:
- El primer fragmento de pensamiento de Drucker es "Base su estrategia en situaciones, no en fórmulas", esto nos da mucho confort cuando tenemos ideas tales como liderazgo situacional y también con el enfoque de la inspección y adaptación (tan importante en las metodologías ágiles) para mostrar que no existe una sola forma de trabajo adecuada para todas las situaciones (lo que reafirma aún más el primer párrafo del texto).
- La segunda pieza que hemos tomado de Drucker es: "Es preciso conocer a las personas para liderarlas", ahí entonces hay un gran desafío para la mayoría de las organizaciones, primero porque los pseudolíderes no se esfuerzan en conocer a sus liderados, pero incluso cuando hay intención de un líder de conocer a las personas (sus liderados), entonces es muy común que algunas personas que por algún motivo cultural, no dejan que las conozcan.
El liderazgo situacional se basa en la idea de que no hay un estilo de liderazgo, que sea mejor que los otros, sino que todo depende de la situación. Este estilo gira en torno a las personas y al ambiente de trabajo, valorizando a los individuos y sus emociones, mas que sus tareas y objetivos. El papel del líder en este caso, es el permitir que los colaboradores hablen sobre las decisiones que afectan a sus objetivos, y así formar como realizan el trabajo, estimulando la flexibilidad y la responsabilidad. Este estilo de liderazgo se debe adoptar con personas y equipos dependiendo de del nivel de maduración que el líder pretenda influenciar. Para ello, se deben dar las condiciones necesarias para una vida de calidad en el trabajo y desarrollar la participación y lograr que se involucren los colaboradores que son parte de la organización.
Dado este escenario, observamos en muchas de nuestras experiencias en este campo, que un aliado para ayudar a establecer su modelo ideal de gestión y liderazgo es la EMPATÍA, exactamente en la más pragmática definición de ponerse mentalmente en lugar de la otra persona o provocar situaciones en que las otras personas se sientan invitados mentalmente a colocarse en su lugar.
La empatía ha sido fundamental para crear una visión compartida de las metas dentro de un equipo, principalmente pautando esa participación en la aceptación geniuna y comprensión total de donde se pretende llegar, y porque existe ese deseo de llegar a ese lugar.
También podemos utilizar nuestra capacidad de empatía para crear relaciones de confianza y respeto dentro de una organización, sobre todo para mostrar el potencial y las limitaciones de un líder y sus liderados.
Ahora algunas de las situaciones que muy pocas personas consiguen comprender, es ejercitar lo que nosotros llamamos "la empatía de nuestro pasado", que es colocarse en el lugar de su propio YO antes de convertirse en líder y recordar "¿Qué tipo de líder me hubiera gustado tener?". Por lo tanto, vemos que la gran mayoría de los líderes se olvidan de practicar este sentimiento, lo que realmente es muy triste, porque hemos visto muchas personas con gran potencial de convertirse en grandes líderes, tirar afuera la primera oportunidad de ejercitar el liderazgo, por el simple detalle de no tratar de trabajar en él mismo la empatía de su pasado.
Para cerrar este texto, queremos compartir que creemos en el lado bueno de las personas, por lo que no creemos que una persona se convierte en un mal líder (o mal gerente), por pura maldad, de esa forma, se que prácticar el liderazgo es algo difícil y está sujeta al modelo mental del sistema organizacionalque en el que se está inserto, por eso, vemos que es muy común que organizaciones que tienen una mala cultura, muy probable fomentarán la existencia de esos malos líderes. Por lo tanto, dejamos un mensaje final para los líderes (o los que quieran serlo) que están leyendo este texto: No se olviden de ser ustedes mismos, tratar de entender al otro y recordar siempre lo que pensaba cuando era liderado por alguien.