JefeLa mayoría de los jefes lo ha sido sin una preparación previa. ¿Cómo fue su primer día como jefe? ¿Recibió formación al respecto? Contaremos dos anécdotas, en orden cronológico.

La mía, hace muchos años, y otra de alguien a quien no conozco personalmente, cuya historia he tomado de un libro de su autoría.

Como muchos, fui jefe por primera vez sin preparame con antelación. Tenía 25 años y me designaron “jefa” de cuatro profesionales, dos varones y dos mujeres, la mayoría de ellos mayores que yo. Por aquellos años, ser “jefa mujer” y, además, menor que sus colaboradores, era al menos poco frecuente, por no decir “extraño”.

El otro caso: “En 1982 fui gerente por primera vez. No conocía nada sobre ser un jefe y no recibí ningún entrenamiento ni capacitación para jefes. Entonces, pensé en mis propios jefes y cómo ellos me manejaron a mí. Yo recordaba haberme sentido ignorada y librada a mi suerte. Ellos parecían tener una filosofía de `nadar o hundirse’. Decidí que lo haría mejor. Estaría interesada en mis subordinados” (en Tough Choices: A Memoir, de Carly Fiorina, Portfolio, NY, 2006).

¿Cuál es el paralelo entre estas dos historias? Poco y mucho a la vez: Carly Fiorina en los Estados Unidos en 1982. Mi propio caso, unos diez años antes, en Buenos Aires. Además, ambas mujeres y muy jóvenes por entonces.

En 2008 la situación no ha mejorado lo suficiente, según una investigación sobre la formación recibida por los jefes antes de asumir su rol como tales. La información recolectada representa la situación de más de 30.000 jefes, de todos los niveles organizacionales, en diferentes países de Latinoamérica.

Frente a la pregunta “¿Recibió formación específica antes de asumir su primera función de liderazgo formal (jefe de otras personas)?”, solo el 12 % respondió positivamente. Y ante la indagación sobre el tipo de capacitación recibida, surge que ninguno de ellos recibió formación integral al respecto.

También se les preguntó si sus líderes les sirvieron de inspiración, ayuda, apoyo y/o consejo cuando fueron jefes. Solo un 33 % contó con un modelo a seguir o un jefe que lo apoyara o ayudara en su nuevo rol.

Aun sin una formación específica, cuando se cuenta con un buen jefe, éste puede ser no solo inspirador en relación con el propio desempeño como líder, sino, además, fuente de consulta y consejo.

Ya en el cargo, también se formularon varias preguntas en relación con lo sucedido en materia de formación, una vez que ya se desempeñaban como jefes. El 70% reconoció haber recibido algún tipo de formación una vez en el cargo. Los que respondieron positivamente agregaron que la primera actividad formativa recibida lo fue ­mayoritariamente­ después de un año y hasta el décimo (80%) de desempeñarse en la posición.

De los que recibieron capacitación, solo una minoría (5%) contó con una formación integral. Los restantes solo fueron instruidos sobre algún aspecto en particular, como delegación o formas de evaluar el desempeño.

En el contexto actual son frecuentes las actividades formativas sobre liderazgo. Según la investigación realizada, el 70% ha recibido alguna capacitación al respecto, aunque es destacable que el 65% recibió solo formación teórica.

Con respecto a la capacitación sobre trabajo en equipo, el 80% dijo haber recibido formación al respecto, de la cual el 70% fue de características teóricas.

Trabajo en equipo y liderazgo son competencias factibles de ser desarrolladas, pero para lograrlo deben aplicarse las herramientas adecuadas. La enseñanza con un enfoque exclusivamente teórico puede ser ilustrativa, pero difícilmente ayude a desarrollar la competencia respectiva, ya que ello requiere, en todos los casos, el cambio de comportamientos de aquel que deba mejorarlas.

En resumen, ser jefe hoy, designar a uno o ser colaborador de un jefe recién designado es “casi” tan arriesgado como unos años atrás.

Sin embargo, ese efecto puede atenuarse a través de formación específica para ser un mejor jefe.

La investigación completa está en el artículo de Martha Alles.

Inspiración.

"Si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana e intercambiamos las manzanas, entonces tanto tú como yo seguiremos teniendo una manzana cada uno. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea, e intercambiamos las ideas, entonces ambos tendremos dos ideas"

Bernard Shaw