Simon Sinek, autor del libro "Start with why" y reconocido por su charla TED de hace varios años, comparte una anécdota de su socio en un avión, que invita a reflexionar sobre la visión y el propósito de lo que hacemos. ¿Cuál es la diferencia entre sentirse realizado y ser feliz en lo que hacemos?
Estaba cansadìsimo. Lo único que quería era llegar a mi destino y bajar del avión. Otro vuelo. Otro extraño sentado a mi lado. Lancé una plegaría al dios de las aerolíneas para que mi compañero de vuelo no invada mi espacio, ni el personal ni el verbal. Sólo quería que me dejen tranquilo. Pero resultó ser que mi vecino iba a ser una de esas personas, en uno de esos vuelos.
Todavía me estaba acomodando para el vuelo de 4 horas cuando Steve se sentó a mi lado y se presentó. Después de una breve charla, empezó a contarme qué hacía para vivir. Si ya estuvieron en esta situación, es posible que deduzcan que Steve no era, digamos, un guardaespaldas de Hollydwood, ni alguien con ganas de contar historias del detras-de-escena de su vida amorosa o sobre el uso recreativo de drogas. No había ninguna historia picante para entretener mi vuelo. Nop. Durante 23 años, Steve vendía acero. Sip. Acero. Que... emocionante.
Sin embargo, resulta ser que Steve vendía acero, pero no de la variedad común. Su empresa, en Suecia, producia una forma muy particular de acero especialmente puro, que permite que las máquinas funcionen de manera más eficiente porque sus partes (para la transmisión de un auto, por ejemplo) son más livianas. Steve era ingeniero, y como tal podía atestiguar personalmente la superioridad de su producto sobre las otras opciones del mercado.
A medida que terminaba su historia, Steve me miraba expectante, obviamente esperando alguna pregunta mia para continuar la conversación sobre el acero. El problema era, a mi no me importaba mucho sobre lo que hacía Steve. No es que sea mala onda, ni poco social, o que sólo me interese el chismerío Lo que me acerca a las personas no es el "qué hacen las personas", sino "para qué lo hacen". Así que en vez de preguntarle a Steve cuánto costaba ese acero y quiénes eran sus clientes, lo miré y le pregunté "¿Y con eso qué?".
"Ehhh, bueno...", dijo Steve, no comprendiendo del todo mi pregunta. Así que lo dije de otra forma: "Entiendo que el acero que vendés es muy puro. Permite hacer componentes más livianos, que hace que las maquinarias sean más eficientes. ¿Y qué importa?".
Steve tartamudeó un poco más, y después dijo: "Bueno, no necesita usarse tanto material".
Me estaba acercando. Presioné un poquito más.
"¿Y qué diferencia hace?". Por un momento, parecía que Steve iba a derrumbarse. Todo lo que quería era una conversación liviana. Y ahora estaba atascado con mis preguntas raras por las próximas 3 horas (¡se dieron vueltas los papeles!). Pero seguimos conversando, y lo ayudé a encontrarr sus respuestas.\
Resulta que las partes que se construyen con este acero puro son más fuertes. Como además se usa menos material, se necesta realizar menos fundición (el procesdo de extraer el metal de su fuente), por lo que se usa menos energía en el proceso de producción del acero, y por lo tanto se crea menos polución. Y cuando el acero se usa para producir una máquina como un auto, estas ventajas se repiten: el auto es más liviano, por lo que usa menos combustible y por lo tanto genera menos polución. Y si todo esto no fuera suficiente, el acero puro es más facil de reciclar que otras variedades. Todo muy interesante... pero todavía no habíamos llegado al porqué Steve estaba tan entusiasmado con su trabajo.
"Está genial eso de ahorrar combustible y reducir la polución", le dije. "Pero seguro hay algo más en este negocio que hace que lo continues haciendo 23 años despues". 23 años es un montón de tiempo para hacer algo y continuar apasionado. "Debe haber algo más en juego, algo en lo que realmente crees", le insistí. Y entonces ocurrió. Por la primera vez en nuestra conversación, vi los ojos de Steve brillar. Y sus emociones afloraron.
Steve esá comprometido en mantener al planeta saludable para sus hijos y generaciones futuras, y una forma de hacerlo es usar de manera responsable los recursos del planeta. Durante todo el tiempo que veníamos hablando del acero, Steve no había mencionado esto ni una vez, y sin embargo era lo que lo inspiraba a empezar a contarle a un extraño en el avión sobre el acero puro.
Le pedí permiso a Steve para rearmar su discurso de venta. "Lo voy a decir en términos simples", y empecé a hablar como si fuera Steve, "Creo en utilizar los recursos naturales para el beneficio de la humanidad. También creo que debemos hacerlo de manera responsable, dejando un planeta seguro y sano para nuestros hijos. Esto es lo que me llevó a ser ingeniero y unirme a mi organización actual. Nuestra empresa, con sede en Suecia (un país comprometido con la sustentabilidad), desarrolló una forma que ayuda a los ingenieros a crear productos más livianos, más eficientes y ecológicos. Y nuestra forma particular para lograr sustentabilidad es el acero liviano".
Nota de Dos Ideas: presten atención a la técnica, donde se comienza explicando el para qué (uso de recursos en beneficio de la humanidad de manera sustenable...), continua con el cómo (crear productos livianos, eficientes...), y termina con el qué (acero liviano).
"Gracias", me dijo Steve. "Acabás de poner en palabras la razón por la que amo lo que hago".
Al empezar mi versión de su discurso sobre porqué ama su trabajo, ayudé a que Steve viera que no es lo que hace lo que lo mantuvo realizado durante más de dos décadas. Lo que lo inspira es el para qué lo hace. Al conectar su trabajo con un propósito, Steve descubríó el para qué.
Todos tenemos un para qué, un propósito profundo, causa o creencia, que es el origen de nuestra pasión e inspiración. Puede que todavía no sepamos cuál es, o como expresarlo en palabras. Pero tenemos uno.
"Realización" no es sinónimo de "felicidad". La realización perdura. La diferencia entre felicidad y realización es la diferencia entre que te guste algo, o lo ames. No siempre estamos felices en nuestro trabajo todos los días, pero podesmo sentirnos realizados cada día si hace que nos sintamos parte de algo más grande. Steve encuentra felicidad cuando cierra un trato, y encuentra realización sabiendo que contribuye a una causa con consecuencias más grandes. La felicidad proviene del que hacemos. La realización proviene del para qué lo hacemos.