Muchas veces estamos tentados de "dividir el problema" para solucionar sus partes de manera más simple. Y esta idea, que hasta parece intuitiva para muchos casos, puede tener consecuencias muy negativas cuando se trata de resolver problemas organizaciones y de procesos.
El tema es que los sistemas tienen integridad. Su carácter depende de su totalidad, del sistema como unidad. Lo mismo ocurre en las organizaciones: para comprender los problemas de gestión más desfiantes se necesita ver todo el sistema que genera el problema.
Un cuento Sufi ilustra este punto. Tres hombres ciegos se encuentran con un elefante, y cada uno empieza a describirlo en voz alta. "Es una cosa grande y áspera, amplia, como una alfombra", dice el primero mientras agarra la oreja. El segundo toma la trompa y proclama: "Tengo datos verdaderos. Es una manguera larga y hueca". Y el tercero, tomando la pierna delantera, dice "es grande y firme, como un pilar". ¿Cómo se relacionan estos tres hombres ciegos con los gerentes de producción, marketing e investigación en muchas empresas? Cada cual ve los problemas de la empresa con claridad, pero ninguno ve cómo las políticas de sus departamentos interactuan entre si. La historia Sufi concluye destacando que "dado el modo de aprendizaje de estos tres hombres, nunca conocerán al elefante".
Ver al "elefante entero" no quiere decir que se pueden comprender todos los problemas organizaciones mirando a la organización en su totalidad. Algunos problemas pueden comprenderse mirando solo la interacción de grandes áreas (como producción, marketing, investigación, etc); pero hay otros problemas donde las fuerzas del sistema se aplican en un área funcional; y hay otros problemas donde la dinámica de toda la industria debe considerarse. El "principio de la frontera del sistema" dice que se deben examinar las interacciones más importantes para el problema, sin importar la organización de las fronteras.
La dificultad de aplicar este principio radica en la forma en que se diseñan las organizaciones para evitar que las personas vean las interacciones importantes. Una forma obvia en donde ocurre esto es crear divisiones iternas rígidas donde se limita la interacción entre diferentes áreas. Otra forma es ignorar los problemas para que otro los solucione.
Curiosamente, muchas personas dividen al elefante al medio. Y no terminan con dos elefantes más chicos: terminan con un lio. Y por "lio" nos referimos a un problema complicado donde no se ve una solución de fondo, porque la solución de fondo reside en las interacciones generales que, al dividir al elefante, ya no se pueden ver.