En nuestro trabajo con clientes a menudo tenemos discusiones sobre la función de la arquitectura y el rol de los arquitectos. Estas discusiones ocurren porque la arquitectura no contribuye de forma visible a los objetivos organizacionales, y por lo tanto se la percibe como una molestia para los proyectos. Muchas discusiones se origina por la falta de entendimiento sobre el rol y el lugar de los arquitectos dentro de la organización. Hemos definido tres objetivos de la función de la arquitectura en organizaciones de TI: Las Tres C de la Arquitectura. Estas son: Conexión, Cohesión y Cambiabilidad. Al tomar estos conceptos como principios básicos de la arquitectura logramos enfocarnos en qué hacer y cómo posicionar a la arquitectura dentro de la organización.
Las organizaciones están en cambio constante y operan en ambientes cada vez más cambiantes. Esto genera mucha demanda al departamento de TI. Constantemente se necesita asegurarse que está apoyando los objetivos del negocio y las circunstancias cambiantes. Y la arquitectura debería jugar un rol importante en este proceso. Esto significa que la arquitectura tiene que hacer foco en contribuir valor. La arquitectura no existe por motivos esotéricos, no está allí para definir y prescribir la arquitectura más linda o más avanzada. No, la arquitectura tiene que enfocarse en los objetivos del negocio y en la creación de valor. La arquitectura es un medio, no un fin.
Hay tres principios importantes, puntos focales desde donde la arquitectura debería basar sus esfuerzos. El primero es la Conexión con los objetivos organizacionales. Estos vienen en dos categorías. Primero, los objetivos del negocio que definen para qué existe la empresa y qué lugar ocupa en el mercado o sociedad. Segundo, los proyectos, casos de negocio que definen oportunidades para avanzar con los objetivos del primer grupo. Para el principio de Conexión, la arquitectura necesita trabajar en conectar los esfuerzos y capacidades de la TI con estas metas. Necesita pensar en estructuras, soluciones técnicas y en las infraestructuras necesarias para cumplir con las metas lo mejor posible. Los arquitectos tienen un rol y responsabilidad en comprender la meta del negocio y su ambición. Y los arquitectos tienen que asegurarse que las demás personas de TI entiendan cómo materializar estas metas en soluciones concretas.
La TI es costosa. Punto. No es una percepción del negocio, es una realidad. Necesitamos encontrar formas para usar de manera más efectiva la TI. Una parte de la solución es la Cohesión en el tipo de soluciones que se crean y despliegan. Al elegir una cantidad limitada de soluciones (arquitecturas de referencia) logramos contener la complejidad. La Cohesión también ayuda a organizar los sistemas para promover particiones sensatas de funciones y responsabilidades, para aumentar la simpleza y flexibilidad.
El cambio es una constante, así que mejor estar preparados. La Cambiabilidad es el último punto focal de la arquitectura. La Cambiabilidad es la capacidad de la TI en adaptarse rápidamente a los cambios de los objetivos de negocio y del entorno. Los cambios alteran la Conexión entre los objetivos del negocio y las capacidades de TI y pueden también romper con la Cohesión dentro de TI. Al enfocarse en la Cambiabilidad podemos restaurar la Cohesión y la Conexión lo más rápido posible.
El efecto de definir el rol de la arquitectura en estos tres principios es enfocarnos. Nos enfocamos en:
- lo que necesita hacerse,
- lo que puede hacerse,
- resultados tangibles y entregables,
- calidad,
- efectividad del costo
En resumen: debemos enfocarnos en los resultados que importan. Es interesante notar que estos principios aplican a los distintos niveles de la arquitectura: empresarial, de proyecto, sistemas e infraestructura; todas están gobernadas por estos principios. En este sentido, las Tres C de la Arquitectura no sólo ayudan a unir los esfuerzos del negocio y de TI, sino también unifican las diferentes funciones de TI.