El coaching consiste en generar conversaciones de calidad en las cuales el coach ayuda al coachee a ver nuevas perspectivas y posibilidades, de manera que pueda tomar el siguiente paso en su crecimiento personal y profesional. En el contexto de los equipos ágiles, el coaching asume dos posturas: de coaching y de mentoring. Si, se hace coaching para ayudar a alguien a alcanzar su próxima meta en su vida. También se comparten conocimientos de experiencias ágiles e ideas, se los guía para usar métodos ágiles. El coaching y el mentoring se cruzan para desarrollar talentos ágiles, de manera que puedan alcanzarse más y mejores resultados para el negocio.
Ocurre lo mismo a nivel de todo el equipo. El coaching ayuda a mejorar el desempeño del equipo. El mentoring transfiere conocimientos ágiles y experiencias al equipo a medida que resultan relevantes. Ambas partes de la ecuación se combinan para que el pensamiento ágil florezca en el equipo.
Cada parte -coaching y mentoring- es útil y puede ser una herramienta poderosa por si misma. Juntas, son una fuerza fundamental para ayudar a que el equipo adopte ágil y lo use correctamente. El contexto de ágil nos convierte en mentores; el foco en el equipo nos hace coach.
En el coaching profesional, la agenda del cliente es lo que guía la relación. El coach es exclusivo para el cliente. En el contexto ágil no es así, ya que el coach no sólo atiende al cliente (a un miembro del equipo, por ejemplo) sino también al equipo en su conjunto, y también a las personas que rodean al equipo en la organización. No somos verdaderos coach, a pesar de que usamos este término libremente. Somos mentores con experiencia en ágil. Educamos a partir de esta experiencia y usamos habilidades de coaching para ayudar a cada persona a hacer una buena transición hacia ágil. A esto me refiero cuando digo con orgullo: "Soy un coach ágil".